Extraescolar es un concepto utilizado en contextos educativos que se refiere a todo lo que se realiza fuera del entorno escolar pero tiene que ver con la educación. Normalmente son actividades programadas por la propia institución educativa pero gestionadas por empresas y asociaciones externas.

Las actividades extraescolares permiten a los niños y niñas desarrollar su ingenio y capacidades en un ambiente mucho más relajado así­ como divertirse y complementar lo aprendido en el aula pero… ¿que se esconde detrás de este sector tan desconocido?

Llevo casi 20 años dedicada al mundo de la educación no reglada. He pasado por muchas empresas, algunas mejores, otras peores. Tengo claro que es un sector desconocido y que nadie (ni empresas, ni padres, ni centros educativos, ni ampas, ni administración,) cuida de la seguridad laboral ni de la calidad de los monitores. Pero somos parte del centro escolar. Tenemos muchas obligaciones y pocos derechos.

Primero debemos decir que actualmente en Zaragoza hay decenas de entidades, asociación, empresas… que están gestionando las actividades extraescolares y me resulta complicado poder unificar este sector. Quiero denunciar la situación laboral que se da en muchas de estas empresas, ya que se aprovechan de la desinformación y desunión de sus trabajadores para «escaquearse» y obtener mayores beneficios.
¿a que me estoy refiriendo?

La mayorí­a de estas empresas tienen contratados a muchos trabajadores (a veces más de 100) con jornadas minúsculas (algunas de 1 o 2h semanales). Esto les permite, por un lado obtener ventajas fiscales, en nuevos contratos, no pagar retenciones de IRPF… Pero lo que más le interesa a estas empresas es no relacionar a sus trabajadores por varios motivos:

Por un lado los trabajadores se desconocen entre ellos, lo que no facilita la comunicación ni la organización por ejemplo sindical. Muchas de estas empresas, por volumen de trabajadores, podrí­an contar con comités sindicales y no lo saben, se aprovechan también de que muchos trabajadores son jóvenes, estudiantes, están de paso y no les interesa meterse en «cosas serias». Pero la realidad está cambiando y cada vez son más los profesionales preparados (estamos hablando de trabajadores que han terminado estudios de magisterio, educación social, terapia ocupacional, inef, bellas artes, arte dramático, idiomas…) que están haciendo de este trabajo su profesión y quieren regularizar su situación y apuestan por un TRABAJO DIGNO Y DE CALIDAD. En el lado opuesto, también nos encontramos a empresas que contratan gente sin la titulación necesaria (no hablamos de titulación especí­fica sino que muchos trabajadores no poseen ni siquiera el titulo de monitor de tiempo libre). Algunas empresas «cuelan» gente en prácticas como trabajadores, y «venden» un gran servicio, con más personal, ratios más bajos… pero la realidad es que están dejando de de responsables con menores, a personas que no están preparadas ni cualificadas.

Este desconocimiento entre trabajadores, también beneficia a las empresas ya que cada trabajador tienen unas condiciones laborales distintas, la mayorí­a de trabajadores negocia con la empresa en salario o el transporte por lo que se crean desigualdades económicas y laborales para el mismo trabajo. Vuelvo a insistir que nadie (ni padres, ni centros escolares, ni AMPAS) supervisa la calidad ni siquiera que se estén cumpliendo las condiciones del convenio que regula este sector, ya que cada empresa aplica el convenio que más le interesa. A esto hay que sumar que los trabajadores no nos beneficiamos de derechos como: formación por parte de la empresa (que es eso?), no tenemos permisos retribuidos (ni médicos ni exámenes, nada, hora trabajada hora pagada), no cobramos finiquito cuando acaba el curso escolar nos vamos a la calle, bueno mejor dicho a buscarnos la vida, normalmente unos 4 meses.

Como nos pagan por horas trabajadas, los salarios suelen ser inestables. Cada mes cobramos una cantidad. No entendemos porque en un mes como diciembre, que todos sabemos que hay mucha vacación escolar, nosotros cobramos por las 8-10 clases especificas que hemos impartido pero los padres abonan el mes completo, no se les cobra la mitad de la cuota esos meses. ¿A dónde va a parar ese dinero? A las empresas que se lucran (y mucho) con nuestro trabajo diario. Por supuesto, las horas que se nos pagan, son las horas de intervención directa con los niñ@s, no se contemplan horas de programación (aunque si debemos entregar una programación escrita anual), preparación de clases, compra de material, tabulación de listados mensuales, exhibiciones de final de curso, partidos, reuniones con los padres… el transporte tampoco está incluido, debemos llegar al menos 10 minutos antes del comienzo de la actividad para recoger a los niñ@s y solemos terminar 10-15 minutos más tarde de nuestro horario (hay que entregar a los niños, muchas veces hablar con padres y/o profesores, recoger material y dejar las salas que utilizamos en perfecto estado…) Esto supone unos 25 minutos de trabajo extra por cada hora que aparece en nuestro contrato y que no se los valora de ninguna forma. Para que os hagáis una idea, un monitor que dinamice un grupo de manualidades en un centro, tendrá un contrato de 2h semanales pero deberá estar 3h presenciales en el centro y deberá prepararse sus clases y comprar el material necesario. Esto supondrá al menos 2h sin seguridad social ni contemplada en el salario. Además con bastante frecuencia debemos poner material propio (hacer fotocopias, imprimir listados gastando tinta y papel de nuestra casa, usar nuestros ordenadores y conexión a internet…)

Por si esto fuera poco, muchos de nosotros tenemos otro tipo de tareas, no remuneradas ni valoradas, que a mi parecer son de gran responsabilidad: tener las llaves de un colegio, abrir y cerrar el centro, poner alarmas.

A pesar de todo esto, continuaré trabajando con los niñ@s porque me fascina aprender con ell@s cada dí­a pero espero que esta situación se regularice y se empiece a valorar nuestro trabajo.

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