El 18 de diciembre, todas y todos a Madrid

El 18 de diciembre, todas y todos a Madrid

Es evidente que este año y medio de pandemia solo ha servido a los
intereses de las clases más poderosas: Las grandes fortunas no han
dejado de crecer, el fascismo ocupa los puestos de poder, los medios de
comunicación e incluso las calles. Por el contrario, nosotras, que
mayoritariamente pusimos los cadáveres en la pandemia, estamos pagando
ya las consecuencias de una nueva crisis económica y social, pero
parece que no estamos siendo conscientes de ello.

Europa no va a rescatarnos. Los Fondos Europeos de Recuperación es la
gran mentira que nos cuentan para mantenernos en nuestras casas y que
preferimos creer para no tener que salir a movilizarnos. Pero esta crisis, como paso ya con la de 2008, solo la van a pagar las personas trabajadoras y sus familias.

De los 140.000 millones de euros prometidos más de la mitad son
préstamos que tendremos que devolver y el resto estará comprometido a
reformas estructurales que Europa exigirá al estado español en
materias como sanidad, educación, empleo o pensiones. Si tenemos en
cuenta que del total de la recaudación de impuestos del estado, solo un
escaso 8% corresponde al impuesto de sociedades, siendo la principal
parte pagada por las clases trabajadoras por la vía del IRPF y el IVA,
un 88% del total, ya sabemos quiénes vamos a devolver el dinero a
Europa. Unos  fondos que de forma mayoritaria se van a repartir las
grandes empresas del IBEX, para que además sigamos sin fabricar nada.

Está claro que no se van a derogar las reformas laborales, al
contrario, serán modificaciones cosméticas que en muchos casos
impondrán más sacrificios a trabajadores y trabajadoras. Tampoco las
pensiones verán anuladas las dos últimas modificaciones legales, lejos
de ello se recrudecerán más los requisitos para acceder a la
jubilación. Ya estamos viendo como las distintas administraciones
siguen con sus políticas de privatizar la educación y la sanidad
públicas, cómo si la pandemia no nos hubiera servido de escarmiento.

Por estos motivos y muchos más es imprescindible que la CGT esté en la
calle, protestando y reivindicando, en cada conflicto sectorial que sea
necesario, pero también de forma unitaria para defendernos de una
agresión sin precedentes que ya estamos padeciendo como clase y que se
irá recrudeciendo cada día que pase. Es necesario que la CGT llene las
calles de Madrid el 18 de diciembre con una sola voz:

Por la derogación de las reformas laborales y las leyes represivas

En defensa de las pensiones y los servicios públicos

Las personas antes que el capital