Mujer rural en el entorno forestal

Mujer rural en el entorno forestal

El medio rural en España abarca el 90% del territorio y en él reside un 20% de la población. Son zonas lejanas a las ciudades, con una población inferior a 2500 personas, la cual se encuentra muy envejecida. El sector económico principal es el primario. Los servicios públicos (sanidad, educación, comunicaciones,…) son limitados y las alternativas a nivel laboral, formativo, cultural y de ocio se ven reducidas.

Las mujeres, como los hombres, tienen un papel fundamental en el medio rural. No es cuestión de género, sino de igualdad. Es necesario un reparto de tareas entre mujeres y hombres, y que éstas abandonen su tradicional invisibilidad y pasen de “ayudar” y “cuidar” a “trabajar”. De ahí el papel protagonista de las mujeres en las políticas de desarrollo rural.

Cuando hablamos de mujer rural, solemos identificarla con la actividad ganadera y agrícola, olvidando el sector forestal. Este sector sigue estando muy masculinizado, no es fácil ser mujer forestal y profesional en un mundo tradicionalmente de hombres. En el imaginario colectivo perdura la relación del hombre con este ámbito, y cuando pensamos en los trabajos que se desarrollan en él, con grandes esfuerzos físicos y expuestos a las inclemencias meteorológicas, obviamos que las mujeres también pueden desarrollar dicha actividad.

En Aragón la empresa SARGA trabaja en este sector. Se trata de la empresa pública más grande de Aragón, con unas 1400 personas en plantilla, diversificadas en varias actividades. Una de ellas es el Operativo de Prevención y Extinción de Incendios Forestales, representado por unas 800 personas del total. En su base, este operativo de emergencias está formado por cuadrillas terrestres y helitransportadas, personal conductor de camiones autobomba y vigilancia en puestos fijos.

Parte de la precariedad de estos trabajos reside en la temporalidad de los contratos, ya que no se trabaja todo el año, existiendo contrataciones de sólo 3 meses en el caso de la vigilancia en puestos fijos, un sector en el que precisamente se encuentra más representada la mujer.

Al pertenecer a un servicio de emergencias son necesarias las guardias. La falta de inversión por parte del Gobierno de Aragón llevan a este personal hasta el límite. Unas condiciones que dificultan tanto la conciliación, que muchas personas se han visto obligadas a abandonar su vocación, la mayor parte mujeres, ya que el peso de la conciliación familiar continúa recayendo mayormente sobre ellas.

Dentro del operativo la promoción a ciertos puestos, como operario/a especialista o jefe/a de cuadrilla, no responde a un proceso de selección claro basado en el principio de igualdad de oportunidades, mérito y capacidad, sino que continúa haciéndose bajo la elección de mandos intermedios o superiores. Esta situación ha generado en varias ocasiones que se haya obviado a mujeres trabajadoras con mayor experiencia, a pesar de haber expresado su intención de optar al puesto.

Una de las prácticas más injustas de la empresa, y que sólo se aplica en este colectivo, es que al final de cada campaña las personas trabajadoras son valoradas por su jefe/a de cuadrilla y por mandos intermedios, de forma subjetiva y unidireccional. Si la valoración es negativa, se aplicará una detracción de puntos en su baremo del año siguiente. Esto puede conllevar la pérdida de acceso al empleo de ese año y perder las posibilidades de consolidar sus puestos de trabajo.

La empresa ha negado el derecho a la reducción de jornada al personal de este colectivo, aludiendo a que se trata de un servicio de emergencias. Y no ha sido hasta el año pasado que se ha regulado la situación en la que quedan las mujeres embarazadas del operativo, por no poder adaptarse este trabajo a su condición y además porque el inicio de sus contratos está condicionado a la superación de unas pruebas físicas.

En Septiembre de 2020 la empresa SARGA publicó su plan de igualdad, tarde con respecto a lo marcado por la ley, y de forma unilateral, ya que ninguna de las fuerzas sindicales presentes en la negociación apoyamos la propuesta final de la empresa, ya que no ofrecía soluciones reales a todos estos problemas planteados anteriormente, ni a otros tantos que fueron puestos también encima de la mesa.

Consideramos la IGUALDAD uno de nuestros principios más básicos, y seguiremos en lucha para conseguir cambiar las cosas.