La escuela ante la barbarie

La escuela ante la barbarie

Edificios totalmente destruidos en la ciudad de Gaza en octubre de 2023 | Wikimedia Commons

Hay que informar de las protestas que se están haciendo en nuestro país y en muchos más países de todo el mundo, en defensa del pueblo palestino, que es lo que en estos momentos está sufriendo una masacre sin precedentes. Pero, sobre todo, hay que transmitir la idea de que matar a niños y personas inocentes es una barbaridad, las haga quien las haga, y no debería permitirse, que las guerras nunca solucionan nada.

ROSA CAÑADELL

Siempre habíamos pensado que era importante estudiar la historia para no caer en los mismos errores, y así se lo explicábamos a nuestros alumnos. Por eso, siempre explicábamos las atrocidades de los nazis contra el pueblo judío y reclamábamos (y reclamamos) la importancia de que nuestros jóvenes conocieran lo que significó el golpe de estado de Franco, la guerra civil y las barbaridades del franquismo.

También teníamos la idea de que era muy importante hablar de los derechos humanos como cuestión esencial para la humanidad, educar por la paz y enseñar a resolver los conflictos sin violencia.

Ahora, me pregunto cómo transmitir estas ideas, fundamentales para el futuro de nuestra sociedad, si nuestros niños y jóvenes ven en la TV, en las redes, en el TikTok, en YouTube… cómo los conflictos se están resolviendo con guerras y más guerras y, sobre todo, con un ataque a personas inocentes, criaturas incluidas, en Israel y, de forma ostensiblemente desproporcionada y cruel contra el pueblo palestino.

Sabemos también que, además, los chicos y chicas reciben todo tipo de información completamente contradictoria y engañosa sobre lo que está pasando. Como en toda guerra (aunque ahora creo que lo que está ocurriendo en Gaza no es una guerra sino un genocidio) la verdad es una de las primeras víctimas.

Las redes sociales y muchas de las cosas que miran nuestros jóvenes, están llenas de análisis realizados por personajes con miles de seguidores que, sin tener información ni capacidad crítica, pontifican sobre el tema.

Y ante todo, ¿qué debería hacerse en las escuelas? Si se toma partido por uno u otro bando, nos acusarán de adoctrinar, de ser islamofóbicos o de ser antisemitas. ¿Debemos no decir nada, por miedo o por pudor? ¿Debemos dejar que todo lo que habíamos deseado que fuera la educación, como herramienta de concienciar a nuestro alumnado y prepararlo para poder mejorar la sociedad, quede aparcado?

Yo creo que la situación es terrible en sí misma, pero además, ahora, es una barbarie totalmente televisada, en uno u otro medio. Los niños y jóvenes pueden ver a criaturas masacradas, mujeres desesperadas, hospitales sin electricidad, viviendas totalmente destrozadas y declaraciones que esto continuará porque una de las partes “tiene el derecho a defenderse”. O sea, les estamos transmitiendo la ideas de que todo es lícito y que se pueden hacer barbaridades de forma totalmente impune. Y, a mí, esto me parece muy terrible.

Quizás no es necesario tomar partido, pero sí es necesario, y yo creo que es imprescindible, dar toda la información, dar información veraz, contar toda la historia de este conflicto, como nace el Estado de Israel, qué pasó con la gente que ya vivía en Palestina, cómo se ha ido agrandando el territorio ocupado por Israel, cómo quedaron asediados los habitantes de Gaza, cómo nació Hamás y qué ha hecho para desencadenar una respuesta tan desorbitada, qué intereses están detrás, quién apoya en Israel y quien apoya a los palestinos, qué dice la ONU, qué dicen las organizaciones humanitarias que están trabajando en Gaza, qué ocurre en los hospitales según Médicos Sin Fronteras… Y a partir de ahí, poder debatir y discutir. Es necesario que les ayudemos a reflexionar, a entender las razones, a buscar argumentos ya intentar imaginar soluciones. Las aulas son un sitio privilegiado.

Cuando yo daba clase en el instituto estalló la guerra de Irak y, junto con otros profesores/as, elaboramos un pequeño dossier sobre el país, historia y la invasión. Con todo esto, los alumnos y alumnas pudieron entender qué estaba pasando, de que estaban hablando en la tele y en la calle y porque tanta gente salía a la calle a protestar con el lema “Paremos la guerra”. Y quienes quisieron (muchos lo hicieron) podían sumarse a las protestas y/u organizar sus propios debates.

Ahora también hay que informar de las protestas que se están haciendo en nuestro país y en muchos más países de todo el mundo, en defensa del pueblo palestino, que es lo que en estos momentos está sufriendo una masacre sin precedentes. Pero, sobre todo, hay que transmitir la idea de que matar a niños y personas inocentes es una barbaridad, las haga quien las haga, y no debería permitirse, que las guerras nunca solucionan nada y que quien las paga nunca son los dirigentes que las organizan , sino los soldados obligados a matar y destrozar, y la población por lo general que sólo quiere vivir en paz. Es necesario que puedan distinguir entre los dirigentes y los pueblos. En este caso, deben saber que los palestinos no son Hamás ni los israelíes son Netanyahu y su camarilla.

Estamos en un momento muy complicado de la historia, con crisis de todo tipo, y ahora, con una situación humanitaria terrible, y la escuela, el instituto y la Universidad no debería quedarse al margen. No podemos dejar que las futuras generaciones crezcan insensibles a lo que ocurre en nuestro país y en el resto del mundo. Estamos educando a los futuros ciudadanos y ciudadanas y hay que poder inculcarles valores positivos, de empatía, de solidaridad, de justicia, de paz. Hay que darles herramientas para entender el mundo y animarles a participar en aquellos ámbitos, de debate y/o de protesta, en los que se busca la forma de mejorarlo. Que sean conscientes de que todas y cada una de nosotros formamos parte de esta humanidad y si queremos un futuro justo y en paz, será necesario trabajar para conseguirlo.

Es importante que los chicos y chicas salgan del Instituto y la Universidad con la convicción de que es necesario luchar contra todo tipo de violencias y que hay que defender los derechos humanos, que no se acostumbren a que las guerras y las masacres son normales, que no terminen insensibles ante el dolor ajeno y que sean capaces de indignarse ante las injusticias y ante la violencia. Que se sientan solidarios con las personas que sufren y tengan ganas de implicarse en detener todo tipo de agresiones, guerras y violencias.

Este artículo fue originalmente publicado en eldiariodelaeducacion.com

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