La reclamación de la modificación del horario lectivo es una demanda planteada hace ya varios años por CGT y otros sindicatos y que se justifica, por un lado, en la necesidad de revertir los recortes del Partido Popular, y por otro, en la mejora de la calidad educativa. Esta modificación no supone una reducción del horario laboral, sino una redistribución del mismo que permitiría a los docentes afrontar la creciente carga burocrática impuesta por la administración, atender mejor a las familias mediante la acción tutorial, y gestionar mejor los numerosos programas de innovación docente. Del mismo modo, esta modificación es una recomendación del Consejo escolar del Estado para que el horario docente se asemeje al del resto de Europa.

Por todo ello, CGT, junto a otros sindicatos con representación, forzó la convocatoria de una mesa sectorial para tratar esta cuestión que el Departamento viene eludiendo desde el inicio de esta legislatura. Y, al mismo tiempo, convocamos una concentración en las tres sedes del Departamento de Educación en Zaragoza, Huesca y Teruel para visibilizar nuestras demandas.

Pero tal y como indicamos en nuestro resumen de la correspondiente Mesa sectorial, Felipe Faci ha vuelto a jugar al gato y al ratón y a reiterar su desprecio hacia el colectivo docente,  postergando nuevamente la reversión de unos recortes que el gobierno «progresista» de la DGA lleva años manteniendo. Con este desprecio, Felipe Faci no hace sino reincidir en los agravios comparativos que sufre el colectivo docente frente a otros sectores de la administración pública.

Así pues, Felipe Faci aplaza al próximo curso la negociación de la modificación del horario lectivo. Es decir, lanza el balón hacia adelante, plantea una estrategia dilatoria, y vuelve a demorar la reversión de unos recortes que, además, revertirían en una mejora de la calidad educativa.

Este proceder, si bien a estas alturas sólo sorprende a los ingenuos o a los cómplices, evidencia el proceder del responsable del Departamento de Educación, su escasa capacidad de consenso y diálogo, así como el desprecio continuado a la comunidad educativa. Todo ello, no hace sino reafirmarnos en lo oportuno de nuestra concentración el pasado martes, como manera de evidenciar los problemas de la educación pública y de los docentes. De hecho, en las páginas de El Periódico de Aragón tuvimos ocasión de anticipar nuestra valoración respecto a un curso en el que, frente a la responsabilidad de la comunidad educativa (familias, alumnado, equipos directivos y docentes), el Departamento ha destacado por su impericia en la gestión de lo más cotidiano y su improvisación.

Desde CGT entendemos que las concentraciones del pasado martes constituyeron un éxito al visibilizar la situación del colectivo docente y las políticas dilatorias del Departamento, con un responsable político renuente a cualquier tipo de negociación. El arte de la política lo entiende Faci como el de la «política espectáculo»: ad maioren Faci gloriam.